Lyn May, la bailarina chino-mexicana conocida como “La Diosa del Amor”, cautivó al público y protagonizó casi 100 películas. Pero un procedimiento fallido de Botox en la década de 1990 cambió drásticamente su apariencia. En lugar de los resultados deseados, quedó con hinchazones que lo desfiguraban en la cara. “Recibí inyecciones con agua, aceite de bebé o aceite de cocina”, reveló, destacando el trágico resultado del procedimiento.
Nacida como Lilia Guadalupe Mendiola Mayares en 1952, la infancia de Lyn no estuvo exenta de desafíos. Se casó con un marinero estadounidense, pero se divorció cinco años después debido a acusaciones de abuso. Al mudarse a Acapulco, encontró fama como bailarina y rápidamente se convirtió en una figura destacada del cine mexicano, particularmente en el género de las ficheras.
La vida personal de Lyn estuvo marcada por la tragedia. Después de que su segundo marido, Antonio Chi Su, muriera de cáncer en 2008, Lyn admitió: “Lo desenterré y dormí junto a él” mientras luchaba contra su dolor.
En 2021, Lyn fue noticia cuando anunció su embarazo a los 68 años, pero luego se reveló que se trataba de una estrategia de relaciones públicas. A pesar de sus desafíos, Lyn May sigue siendo un símbolo de resiliencia y glamour en la cultura pop mexicana, personificando las complejidades de la fama y la búsqueda de la belleza.